lunes, 1 de febrero de 2010

Un Inesperado Cambio de Dirección


Ya ha sido casi un año desde que regresé a los Estados Unidos. Mi salud física se ha mejorado un poco, aunque todavía no ha sido posible conseguir los fondos para tratar mis enfermedades. He tenido que conformarme con lo que tengo, trabajando algunos cachuelos aquí y allá para conseguir dinero (no ha sido posible trabajar de tiempo completo a causa de mi condición), y orando y esperando en el Señor. Pero Él ha tenido misericordia conmigo, y me ha llevado a una buena iglesia en la zona, y me ha permitido conocer muchos creyentes con la misma forma de pensar y una pasión por el evangelismo. Entonces desde el Agosto pasado, he pasado la mayor parte del tiempo libre que he tenido repartiendo folletos, testificando a las personas, y predicando al aire libre con mis hermanos. ¡Gloria a Dios!

Pero sin embargo, a pesar de este rayo de esperanza en medio de la tormenta, una noche hace muchos meses atrás me encontré en mis rodillas, luchando contra la tristeza, confusión y desesperación. Mi corazón estaba en el Perú; extrañaba mi país de nacimiento y mi quierida familia en el Señor. Desesperadamente quería regresar. En frustración total, clame a Dios, preguntandole por qué no había abierto las puertas para que regrese. Luche con Dios, y por fin me dió la gracia para dejar en el altar muchas cosas de las cuales me estaba aferrando, Lima siendo una de ellas. Humillado y quebrantado, solté estas cosas y busqué Su voluntad y no la mía. Inmediatamente después de esto me acordé de una pareja de misioneros que conocía que vivía en México, y el pensamiento entro mi mente que posiblemente me podría juntar con ellos...¡en México! Esto fue seguido por un gozo y una paz que no había experimentado en mucho tiempo, y un par de versículos de Escritura que vinieron a mente, exhortandome a mirar a Cristo y confiar en Él.

Seguí orando por esto, y finalmente contacte a mis hermanos misioneros para hacerles saber, y ellos también oraron. Confiábamos que si Dios me estaba llamando Él proveería y permitiría que vaya a visitarlos para descubrir si este llamado verdaderamente venía de Él.

Y entonces lo hizo...y aproximadamente una semana atrás me fuí en avión a Guadalajara para pasar seis días con ellos. Me quedo corto en decir que fue una bendición tremenda. Los seguí por toda la ciudad mientras que ministraban en las calles, plazas y mercados evangelizando, en estudios bíblicos de casa, y en su congregación. Tuve un tiempo de comunión muy bendecido con ellos.

Josef y Lina Urban han estado en México más de dos años, plantando las semillas del Evangelio por todo el país. Recientemente se mudaron a esta ciudad grande y llena de gente en el estado de Jalisco. Ahí el Señor los guío a una iglesia de la zona que hace un corto tiempo atrás experimento un despertar al Evangelio verdadero y bíblico. Tienen buena doctrina, y el pastor y los ancianos son hombres piadosos con un deseo de conformar sus vidas radicalmente a la Palabra y ser guiados por el Espíritu Santo. Es tan maravilloso ver cuánta pasión muchos de los hermanos tienen para el Señor y para el evangelismo. Dios claramente está obrando en los corazones de esta congregación.

Si pudiera resumir mi tiempo en Guadalajara en una palabra, sería: "inesperado". Resultó ser una bendición inesperada: yo honestamente no esperaba pasar un tiempo tan agradable con mis hermanos misioneros, estar tan unidos con ellos en doctrina y visión, conocer tantos lindos hermanos y hermanas en el Señor, ni ver tantas puertas de evangelismo y ministerio abrirse delante de mis ojos. Y aunque, previo a mi visita, en mi corazón todavía estaba aferrandome al sueño de inmediatamente regresar a Perú, he sentido una paz inesperada acerca de quedarme en vez en esta ciudad, tanto tiempo como Dios quiera. Él me ha dado una carga por la gente ahí, y especialmente por los escogidos de Dios. Ensima de todo, quizás ahí también podré recibir los tratamientos necesarios para mi enfermedad, ya que los tratamientos alternativos son más numerosos y menos caros en México que en los EEUU.

Entonces Dios mediante regresaré ahí muy pronto, en mas o menos un mes, espero. Estoy orando que Dios me siga preparando espiritualmente y que me provea los recursos financieros para llegar ahí. El costo de vivir es relativamente barato, y ya he mirado algunos cuartos donde posiblemente me podré quedar. Confío que Él abrirá un camino para que pueda vivir ahí.

Por favor oren por mi, y por Guadalajara. Está en una de las zonas más católicas de todo latinoamerica, y no hay casi ningún testimonio del Evangelio en esta gran ciudad; la mayoría de las personas ni siquiera han escuchado ni entendido la Buenas Nuevas del Salvador. ¡La mies es mucha pero los obreros son pocos! Por favor oren por obreros, ¡y aun consideren ir ustedes! Y si no pueden ir, por favor consideren apoyar esta causa. Sus generosas contribuciones ayudarán que se cumpla la Gran Comisión. Que el Señor les bendiga y guarde.

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Para mayor información sobre el ministerio donde estare trabajando, por favor visiten:

http://www.puregospeltruth.com

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http://www.cristianismobiblico.com
(Español)

Aquí están algunas fotos del viaje:

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